Y aquí me siento. Escuchando las maravillosas notas de un gran piano.
De un grandioso tal Chopin.
Acá estoy pensando en ti, mientras sombras pasan a mi alrededor,
y se quedan fijos mirando a la ajena, sentada debajo del farol de luz.
Se escuchan grillos, sapos, niños alegres, golpes de pelotas, autos con rumbo cansado a su hogar.
Pero nada se escucha mas que mi voz interna, mi pensamiento hacia ti.
¿Que harás? ¿Pensarás tanto en mi como lo hago yo? ¿Te quedarás noche en vela intentando saber que pasa de éste lado, a pesar del enorme cansancio?
Hola pequeña hormiga, gracias por recordarme que la piel también duele.
Se me había olvidado que el cerebro controla los dolores.
Corazón no eres único en ésta alma.
Cerebro que solo piensas.
Corazón que solo siente.
De repente quisiera que fueses, cada una de las hormigas que intentan picar un poquito de mi.
Pasa otra sombra semejante a las demás.
Recuerdo que no estoy sola con las hormigas, grillos, ranas, niños contentos, y el sonido de una ciudad cansada.
Recuerdo que ya es tarde. Y es hora de partir.
Bettina Garcia.
11 Octubre 2010.